Recomendación cinéfila: EL CÓDIGO ENIGMA
¿Te gustan las historias basadas en hechos reales?
En esta ocasión he decidido dejar un poco la poesía de lado para sugerirles una película que, desarrollada en un momento histórico clave a nivel mundial, nos revela una cara oculta de la Segunda Guerra Mundial. Una historia que no muchos conocían, pero cuyo rol fue decisivo para intervenir inteligentemente en una de las mayores catástrofes humanas del siglo XX.
El Código Enigma (The Imitation Game), dirigida por Morten Tyldum, está protagonizada por el brillante actor británico Benedict Cumberbatch, que es acompañado por un elenco excepcional: Keira Knightley, Matthew Goode, Mark Strong, Charles Dance, Allen Leech y Matthew Beard.
Situada en Inglaterra, en plena Segunda Guerra Mundial, la película nos sumerge en la vida de Alan Turing, un matemático británico fascinado por los mensajes encriptados. Turing, junto a otros expertos, es reclutado por el gobierno del Reino Unido para trabajar en el centro secreto de inteligencia de Bletchley Park, con el objetivo de descifrar los códigos generados por Enigma, una máquina utilizada por los nazis para comunicarse de manera segura.
La narración se mueve en distintos momentos de la vida de Alan. Comienza en el “presente” para luego retroceder en el tiempo, destacando dos etapas clave: su adolescencia —donde es hostigado por sus compañeros, pero también descubre el cifrado como forma de comunicación con su mejor amigo—, y su trabajo en Bletchley Park, que constituye el eje central del film.
Alan sostiene que la mente humana no es lo suficientemente rápida para descifrar los códigos de Enigma, ya que estos cambian diariamente a la medianoche, traduciendo la tarea de cada día en fracaso. Es por esto que diseña una máquina capaz de vencer ese desafío. Sin embargo, sus compañeros, inicialmente reacios a su carácter reservado y su aparente arrogancia, desconfían de él. Turing se ve entonces obligado a cambiar su actitud y a colaborar más estrechamente con ellos para alcanzar el objetivo común.
Esta película no sólo retrata la guerra ni se limita a mostrarnos a un genio egocéntrico, sino que profundiza en el contexto social y humano de la época. Toca temas como la homosexualidad y el rechazo que ésta generaba en ese entonces, llegando incluso a considerarse delito, penado con prisión.
Basada en el libro Alan Turing: The Enigma, de Andrew Hodges, la película desenvuelve la historia de manera impecable. La trama engancha desde la primera escena y no te suelta hasta la última. De todos modos, es cierto que, para quienes no disfrutan del cine histórico, puede parecer lenta en algunos momentos, pero en realidad es fácil de seguir y muy enriquecedora.
Siendo estudiante de Profesorado de Inglés y de Licenciatura en Filología Inglesa, me fascina la historia británica y esta película en particular, me dejó un gran aprendizaje, porque realmente no conocía esta cara de la guerra. Fue tal lo que me impactó, teniendo presente que está basado en hechos reales, que incluso agregué el libro a mi lista de lecturas pendientes.
Te guste la historia mundial o no, El Código Enigma es un largometraje que no podés perderte porque combina inteligencia, drama humano y un trasfondo histórico real. Además –más allá del entretenimiento –, invita a reflexionar sobre cómo el conocimiento, muchas veces silenciado o incomprendido, puede cambiar el rumbo del mundo. Y sobre todo, nos recuerda que detrás de cada avance hay personas con historias tan complejas como valiosas, que merecen ser contadas.
Columna: Latidos de Fuego ❤️🔥.
Escrito por: Dina Gandul.
En colaboración con Verso Inefable.



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